Gracias a los adelantos científicos, en muchos países la expectativa de vida ha aumentado. A comienzos del siglo XX era de unos 35 a 38 años, ahora es de 75 u 80 años. Esto ha llevado a que en muchos países el número de adultos mayores supere a la cantidad de adolescentes y surge un reto: ¿cómo cuidarlos dignamente?
Cuidar a los padres mayores, débiles y con enfermedades crónicas puede representar un gran problema. Muchos estudios han mostrado que, aunque el hombre dé ayuda económica, es la mujer quien se encarga del cuidado personal del anciano; como alimentarlo, bañarlo, vestirlo, cambiarlo, llevarlo al médico, comprar y darles los medicamentos, etc. Impresiona la buena disposición que manifiestan, aun a costa de su propia salud. Además, el costo de cuidarlos ha aumentado también.
El estereotipo de que la mayoría de los hijos envían a sus padres a pasar sus últimos años a un asilo o residencia de ancianos se basa en prejuicios; pues los familiares sí quieren dar la mayor parte de los cuidados a sus mayores.
Cuando se necesita una residencia de ancianos
En muchos casos, internar a un adulto mayor en una residencia de ancianos no es una decisión fría; a veces es la única opción para darles una atención adecuada, pues pueden estar en una fase avanzada del mal de Alzheimer o postrados por alguna enfermedad que los invalida y requieren de cuidado especializado día y noche. Entonces, la residencia geriátrica en Sabadell es la solución para cubrir dichos cuidados.
Qué tomar en cuenta al elegir una residencia de ancianos
Trasladar al familiar a una residencia de ancianos es una decisión que debe tomar toda la familia y el anciano mismo si está en capacidad de hacerlo; pues esto facilitaría su adaptación.
Si necesitan recurrir a una residencia asistida para darle al anciano los cuidados apropiados, busquen una residencia limpia, con personal amable y competente. Infórmense del régimen de visitas, pues, si es posible, deben procurar que cada día tenga alguna visita familiar, de amigos o al menos llamadas telefónicas diarias, así él no se sentirá abandonado; estas visitas propician una mejor atención por parte del personal y fomentan la buena comunicación.
Para facilitar las visitas, procura que la residencia esté relativamente cercana a nuestro hogar; o por lo menos en la provincia o comarca en que habitamos. Así no haremos largos recorridos que nos dificulten atender esta necesidad.
Hay residencias que brindan para los ancianos con independencia, alquiler de apartamentos con servicios para personas mayores donde no estarán solas, pues ofrecen actividades terapéuticas y físicas, talleres de memoria, paseos, etc. También tienen áreas comunes que favorecen el encuentro entre los residentes, sus familiares y amigos; además de servicios médicos y otros profesionales capacitados en la atención del adulto mayor. Esta opción es interesante si quieres que el anciano conserve su independencia, pero en un ambiente seguro.
Pregúntate ¿En la residencia toman en cuenta la voluntad del anciano? ¿Fomentan la comunicación con los familiares para resolver dudas sobre su cuidado? Nunca está de más investigar con otros familiares o conocidos que tengan a sus padres allí.
Hay una regla de oro que no fallará a la hora de decidir sobre este asunto tan importante: “Haz con los demás como quieres que ellos hagan contigo”. Así que pongámonos en el lugar del anciano y veamos cómo nos gustaría que nuestros hijos nos trataran; y busquemos lo mejor para su bienestar ahora que están en cierta forma indefensos. Si así lo hacemos, tomaremos una sabia decisión.
Gracias por compartir se ve interesante